Existe, en la actualidad, una tendencia generalizada a identificar cualquier acción organizada con una empresa; es decir, se tiende a igualar los conceptos de organización y empresa. Esta tendencia se puede encontrar en multitud de conferencias, escritos, manifestaciones, etc., de muy diverso signo. Creemos que esa tendencia supone una confusión, al menos terminológica si no conceptual, de lo que es una empresa y lo que es una organización. Confusión que debe intentarse aclarar, pues puede conducir a errores en la toma de decisión, a comparaciones ociosas, etc.
Independiente de este debate, utilizaremos la definición que presenta el sitio web Promonegocios (2016), el cual basándose en diferentes autores como Chiavenato, Pallares y Ribeiro, plantea que la empresa es una organización social que realiza un conjunto de actividades y utiliza una gran variedad de recursos (financieros, materiales, tecnológicos y humanos) para lograr determinados objetivos, como la satisfacción de una necesidad o deseo de su mercado meta con la finalidad de lucrar o no; y que es construida a partir de conversaciones específicas basadas en compromisos mutuos entre las personas que la conforman.
Existe una amplia forma de clasificar las empresas, sin embargo, el interés de este trabajo sólo es promover un concepto muy básico de empresa, por lo que si el lector está interesado en profundizar este conocimiento, puede realizar una búsqueda en la web, donde existe amplia información al respecto
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